Pokémon no es una simple
franquicia para niños, como podrían creer. Detrás de las adorables
criaturas (y de las que no lo son tanto) se oculta un mundo rico en
personajes, historias, situaciones cercanas y humanas, y un sinfín de
referencias a nuestro mundo que hacen del universo Pokémon un lugar
fascinante y complejo –sin contar las complicadas fórmulas matemáticas
detrás de las batallas y otras mecánicas de juego–. Pero, ¿cuál es el
origen de este universo? No me refiero a la creación del concepto
“Pokémon” en las oficinas de GameFreak, sino a lo que piensan las
personas dentro de los juegos, a sus creencias y a las historias que
tienen para definir su propia existencia. Buscar respuestas a lo que
desconocemos es una característica muy humana, así que también debería
verse reflejado en ese universo lleno de criaturas con poderes, ¿verdad?
La situación no es tan simple, pues si bien dentro de cada juego de Pokémon
se pueden encontrar todo tipo de mitos y leyendas que intentan dar
forma al universo, los desarrolladores se han cuidado mucho de no
adentrarse en terrenos polémicos –mucho menos después del accidente con Porygon en 1997–
que puedan ofender las creencias de un colectivo o un individuo. A
pesar de esto, y es un esfuerzo que se debe agradecer, desde la cuarta
generación (Pearl, Diamond, Platinum, HeartGold y SoulSilver)
GameFreak ha profundizado con fuerza en la mitología del mundo que
tienen a su cargo. En estos juegos conocimos a las deidades principales
que sirven como motor de muchos aspectos de la realidad, pero, más
importante, fuimos testigos por primera vez del mito creacionista que da
luz al origen del tiempo, el espacio, la materia y los mismos Pokémon.
Como se puede encontrar en el Pearl, Diamond y Platinum,
este mito habla de un huevo que surgió de la total oscuridad, de la
nada. Este huevo dio origen al Ser Original, quién de su propia
existencia creó a otros dos seres, y así el tiempo comenzó a andar y el
espacio comenzó a expandirse. El ser original hizo a otras tres
entidades que fueron las encargadas de dar forma al espíritu de los
seres vivos usando conocimiento, emociones y fuerza de voluntad. Es un
mito bastante profundo para una franquicia cuyo público objetivo son
niños, pero esto no termina aquí, ya que otras historias en su mitología
son aún más complejas, pero de eso hablaré más adelante.
El
mito de la creación expone la existencia de varios seres con los que
todo comenzó. Por supuesto, se trata de Pokémon que podemos encontrar
dentro de los juegos y que es posible capturar –mas no usar sus poderes
para crear universos, lamentablemente–. El Ser Original lleva el nombre
de Arceus, un cuadrúpedo blanco, similar a una alpaca, que tiene un
anillo dorado y puntiagudo alrededor de su vientre. El amo del tiempo es
Dialga, mientras que el maestro del espacio es Palkia, ambos dragones
extremadamente poderosos. Al final de la historia, y tocando la
superficie del origen de la humanidad, están Uxie, Azelf y Mesprit,
otorgadores del conocimiento, la fuerza de voluntad y las emociones,
respectivamente.
Desde el momento de
la creación aparecen otras deidades encargadas de darle forma a la
existencia, como Mew, quien se dice es el ancestro de todos los Pokémon
del planeta, o Kyogre y Groudon, quienes habrían creado el mar y la
tierra. Sin embargo, y a pesar de sus poderes como creadores, estos
Pokémon no se mostraban como seres reverenciados por la humanidad, sino
más bien eran representados como criaturas que provocan terror y
destrucción. La gente dentro de los juegos parece haber olvidado las
tradiciones ancestrales y solo algunos de ellos recuerdan ligeros
detalles de los rituales antiguos, a pesar de que en algunos pueblos y
ciudades existen estatuas de Pokémon como Palkia y Dialga. Otros
simplemente desaparecieron de la memoria colectiva, a pesar de su rol en
la formación y balance del mundo, como el propio Arceus u otro ser con
un papel importante pero que fue relegado al olvido, Giratina.
Cuando
Arceus creó a Dialga y Palkia, apareció la materia, aquello que compone
todo el universo observable. Tal como dijo Einstein hace casi un siglo,
las matemáticas dictan que la materia no puede existir sin su
contrario, la antimateria, y es de este concepto del que nace un tercer
Pokémon creado por el Ser Original. Su nombre es Giratina, el Pokémon
Renegado, de tipo Dragón y Fantasma, quien representa el opuesto de la
realidad y podría considerarse como el Satán para el mundo de las
criaturas de bolsillo. Este Pokémon y el personaje de la mitología
cristiana comparten algunas características, como ser desterrados a un
mundo paralelo a causa de su naturaleza violenta. A su vez, Giratina
cumpliría una función primordial para un estado de orden, pues al ser la
representación de la antimateria, se encargaría de mantenerla dentro de
su mundo, el Distortion World, y así evitar el efecto de
aniquilación que tendría al encontrarse con la materia. Es un ser
incomprendido, de apariencia agresiva, con una historia no muy amable,
pero que incluso puede llegar a ser adorable como vimos en Pokémon la película: Giratina y el guerrero celestial.
Regresando
al asunto de de los Pokémon legendarios no reverenciados a pesar de sus
características divinas y el olvido de las creencias rituales, se puede
decir que la situación cambió bastante con dos juegos que de hecho
sacudieron las bases de la historia en la franquicia. Se trata de Pokémon Omega Ruby y Alpha Sapphire,
en los que se narra la historia de Primal Kyogre, Primal Groudon y Mega
Rayquaza. En estos títulos los dos creadores del mar y la tierra se
enfrentan en una destructiva batalla que podría acabar con todo a su
paso, y nos enteramos de cómo esto también sucedió en el pasado. Durante
esos días ancestrales el salvador fue Rayquaza, un dragón color
esmeralda que bajó de los cielos y detuvo la destrucción causada por
Groudon y Kyogre. En los eventos de Omega Ruby y Alpha Sapphire somos
testigos de cómo uno de los descendientes de las personas a las que
salvó Rayquaza pide de nuevo al Pokémon tipo dragón que baje de los
cielos para evitar la catástrofe. Es así que Rayquaza recibe el título
de salvador y protector que acudirá ante los peligros que sufra el
planeta, elevando su estatus de Pokémon legendario a algo cercano a un
dios.
El culto a Rayquaza incluso le
basta para merecer una suerte de templo, bajo la forma del Sky Pillar.
En esta torre, y solamente en Omega Ruby y Alpha Sapphire,
encontraremos pinturas de Rayquaza y la historia de salvación, como un
legado para las generaciones venideras que busca perpetuar la creencia
en este dragón. El Ser Original, Arceus, también cuenta con un templo
propio, pero es un lugar que ni siquiera aparece en los mapas: las
Ruinas Sinjoh. Dentro de este vestigio arquitectónico del mundo Pokémon
podemos presenciar el fenómeno de la creación de Palkia, Dialga o
Giratina con una secuencia bastante peculiar en la que incluso se usan
fotografías del mundo real. Durante estos momentos, que suceden como un
evento especial en Pokémon HeartGold y SoulSilver,
vemos algo inusual, un símbolo que representa a Arceus y a la trinidad
del tiempo, espacio y antimateria, siendo lo más parecido a un símbolo
religioso que encontraremos en el universo de las criaturas de bolsillo.
Los
humanos son los que generan esta devoción, temor o culto a lo divino,
pero ¿de dónde surgió la raza humana en el universo Pokémon? Los juegos
nos dan algunas pistas y unas cuantas historias bastante extrañas que
podrían explicar de donde vienen las personas, pero son simplemente
teorías. En la bilbioteca de Canalave City, en la región Sinnoh,
encontramos cuentos tradicionales que hablan de un punto en la historia
en el que Pokémon y humanos eran un mismo grupo, lo que indicaría el
origen de la raza humana a partir de los monstruos de bolsillo.
Cuento tradicional de Sinnoh 2:
“Un
Pokémon vivía en el bosque. En el bosque el Pokémon cambió de piel para
dormir como un humano. Al despertar, el humano viste la piel de
Pokémon para deambular por las villas.”
Cuento tradicional de Sinnoh 3:
Hubo
una vez cuando los Pokémon se volvieron muy cercanos a los humanos.
Hubo una vez con humanos y Pokémon comiendo en la misma mesa. Era un
tiempo en el no existían diferencias para distinguirlos.
Aunque
estás historias implican que el origen de la humanidad son los Pokémon,
hay vacíos en los hechos. Los humanos y las criaturas de bolsillo no
comparten muchas características, como tener poderes basados en los
elementos, y aunque hay muchas descripciones en el Pokedex con Pokémon
convirtiéndose en humanos y visceversa, no podemos tomar estos cuentos
como respuestas definitivas. Simplemente se trata de mitos o leyendas
que, al igual que en el mundo real, no podemos creer completamente;
después de todo el sol no es arrastrado por un carro de fuego ni las
aguas del mar se abren ante la fuerza de voluntad.
Es entonces cuando regresamos a Pokémon Omega Ruby/Alpha Sapphire y
la razón por la que sacudieron la historia del mundo Pokémon. Durante
el episodio final del juego, luego de derrotar al Campeón de Hoenn (atención porque esto es un spoiler importante)
conocemos una verdad bastante reveladora: existen varias dimensiones
habitadas por Pokémon y humanos, no se trata de espacios individuales
separados de una dimensión principal, como el Distortion World de
Giratina, sino de universos paralelos donde los monstruos de bolsillo y
las personas conviven de formas distintas. Según aprendemos, aunque ORAS son un remake de Ruby y Sapphire para
GameBoy Advance, cada par de juegos sucede en realidades alternas, una
menos avanzada en términos de tecnología y conocimiento de los Pokémon;
la otra tiene acceso a herramientas más potentes y a la Mega-Evolución.
Si
una de las dimensiones tiene información detallada sobre la otra,
entonces los humanos tienen la posibilidad de viajar entre
realidades; después de todo, algunos Pokémon ya pueden hacerlo, como
Hoopa, Palkia o Dialga. Aquí nace otra teoría para el origen de los
humanos en la que bien pudieron nacer en una dimensión y viajar por sí
mismos al mundo Pokémon, o alguna de estas criaturas pudo haberlos
traído de un universo alterno. Puede que sea esta la razón por la que
los humanos no reverencian a los Pokémon como podría esperarse, sino que
más bien los entienden como compañeros en la existencia.
Tal
vez luego de leer todas estas teorías y hechos no vean a Pokémon como
antes. Aunque sus historias parezcan sencillas y directas, pues casi
siempre tomamos el papel de un entrenador que viaja por una región
mientras mejora sus habilidades y de paso derrota a una organización
malvada, esto simplemente se trata de la superficie del mundo. Desde
hace un par de generaciones en la franquicia, el mundo Pokémon
enriqueció su mitología y el concepto de su existencia dentro de sí
mismo; suena complicado, pero lo que GameFreak logró fue darle vida
propia a un universo que ya era bastante diverso, con personas y demás
criaturas que se preguntan por su propio origen y también por su futuro.
Ahora no solo hay deidades creadoras sino un tangible y respetuoso
miedo por lo desconocido, con lo que la gente dentro del juego se hace
más humana y cercana a nosotros. Pokémon no es una simple franquicia
para niños.
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